domingo, 22 de agosto de 2010

Cómo Aliviar el Dolor con Tu Mente

El dolor es una señal. Nos avisa que pueda existir una amenaza para nuestro organismo. Hay personas que son insensibles al dolor y corren el riesgo continuo de hacerse daño sin saberlo. Por tanto el dolor, como señal de advertencia, es bueno.
Cuando el dolor pierde su función informativa, se convierte en dolor crónico. Esta clase de dolor es molesto y a menudo causa sufrimiento. Tiene poca utilidad porque la persona ya se ha prestado, y presta atención a la parte dolorida.
Una herramienta eficaz para superar el dolor es la hipnosis. Existen muchas técnicas para controlar y aliviar el dolor. Aquí os voy a explicar tres de ellos. Estas técnicas son fáciles de aprender y altamente eficaces.
Técnica de la imaginación.
1) Cuando aparece el dolor toma una respiración profunda y al expulsar el aire, imagina que el dolor sale de tu cuerpo a través de la boca. Imagina que expulsas el dolor fuera de tu boca y mira la forma que tienen. Presta atención a los detalles: el tamaño, el color, el sonido, el peso y el tacto. Imagina la representación del dolor en todos sus detalles.
2) El siguiente paso es de encontrar una función positiva al objeto imaginado. Sea lo que sea puede tener una función útil.
3) Una vez que hayas encontrado que la forma que representa el dolor puede ser útil, cámbialo. Imagina que puedes modificar todos los detalles a tu gusto. Por ejemplo si el tamaño era muy grande, redúcelo. Modifica su color, peso y los demás detalles hasta que este satisfecho. Puedes cambiar la forma completamente. Verás que hagas lo que hagas, su función positiva permanece.
4) Una vez que estas completamente satisfecho con las modificaciones, coge aire e inspira profundamente. Imagina que lo devuelves a su lugar en tu cuerpo. Pero esta vez su forma, su peso, su tacto, su color, etc. Ha cambiado. Además tiene una función bien clara y positiva.
Técnica de la tinta
Coge una hoja grande de papel y una pluma con tinta. Imagina que el dolor sale del cuerpo y a través de la mano y la pluma coge forma en el papel. Deja libre tu mano para que se mueva sin pensar. Imagina que el dolor está controlando tu mano que se mueve libremente.
Una vez que sientas que el dolor está representado por la tinta en el papel, deja la pluma. Coge unos lápices de color y deja tu imaginación libre. Colorea, dibuja y diseña lo que te guste. Repite estos pasos tantas veces que desees.
Técnica de Desplazamiento
Cuando sientes el dolor en una parte del cuerpo, imagínalo. Dale una forma. Una vez que has imaginado el dolor, procura identificar los límites del dolor en esta parte del cuerpo. Por ejemplo si el dolor está localizado en la cabeza, ¿Qué parte de la cabeza exactamente siente la molestia? ¿Dónde está? ¿En la parte izquierda? Mentalmente dibuja los confines del dolor en la parte del cuerpo.
Una vez que ves localizado e identificado los confines del dolor, desplázalo. Comienza desplazarlo un poco. Imagínalo como si se tratara de una mancha de aceite en un recipiente de agua. El aceite flota en la superficie del agua y puedes desplazarlo. De la misma manera cambia la posición y lugar del dolor en el cuerpo poco a poco hasta alejarlo. Por ejemplo puedes desplazar el dolor de cabeza al dedo meñique de la mano derecha o al dedo gordo del pie izquierdo.
Recuerda que estas técnicas nunca sustituyen al medicamento. Si estas tomando fármacos para un dolor crónico, debes consultar con tu medico si quieres reducir el medicamento.

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